Mi nombre es Brenda, tengo 25 años de edad. Me sucedió un echo muy morboso y he decidido contarla aquí. Sin buscarlo, cumplí una fantasía que tenía en mente.
Yo trabajo de camarera en una discoteca cerca de donde vivo. Estoy atendiendo a los clientes y sirviendo las bebidas, como imaginaréis la vestimenta suele ser muy atrevida.
Soy rubia, de estatura mediana y piel blanca. Tengo unas tetas grandes, buen culo y buenas piernas y cadera bonitas. También considero que mis labios gruesos favorecen a tener un rostro bonito.
Vivo sola en un apartamento de un edificio de 4 pisos. Todos nos conocemos y sabemos la vida de unos y otros. La mayoría de ellos son señores y señoras, por ese motivo, algunas de las mujeres no les gusta mi trabajo y noto ese distanciamiento. A la vez, también noto la mirada lasciva y disimulada de sus maridos, sobre todo, cuando me visto provocativa para ir al trabajo.
Siempre actúo indiferente ante esta situación. Pero un día que salí de casa para ir al trabajo, me cruce con unos vecinos. Ella, me retiro la cara de forma disimulada. Sin embargo su marido, pude notar como no paraba de mirarme las tetas de reojo. Iba a trabajar vestida provocativa, como siempre. Llevaba una blusa escotada, y con unas mallas negras súper ajustadas con unos taconazos largos.
Su marido se llamaba Carlos, es un cuarentón que se cuida mucho. Tiene un gran porte y es atractivo. Me gire de forma disimulada y pude ver como me recorría el cuerpo de pies a cabeza con su mirada. Intento hacerlo disimuladamente para que no me diera cuenta. Pero si me di cuenta, además no me sentí incomoda. Me calentaba saber que el marido de mi vecina me miraba con deseo.
Ese mismo día, cuándo llegue a mi casa de trabajar, no podía quitarme de la cabeza las miradas de Carlos. Me repaso de arriba bajo. Y todo eso, me gusto y me calentó mucho.
Durante las siguientes semanas, en algunas ocasiones nos volvimos a cruzar. Cada vez sus miradas eran mas descaradas y yo, decidí no rehuir y seguí su juego. Creo que su mujer se percato en alguna ocasión pero, en ved de molestarme, me excitaba mas. Esa situación me generaba mucho morbo. A todo ello, empecé a fantasear bastante.
Fueron pasando los días, y la fantasía me recorría mis pensamientos todas las noches. Pensaba el momento perfecto para cumplir mi fantasía. Un día entre semana, sabía que Carlos llegaba antes del trabajo que su mujer. De forma intencionada, me vestí muy provocativa y fui a hacer la compra, esperando de coincidir con Carlos al llegar. Al final, tal y como planeé, apareció el.
-Hola Carlos, que tal estas ? Te importaría ayudarme a subir estas botellas de agua que pesan mucho ? – Le dije yo
-Claro Brenda, dame las botellas y la bolsa de la compra también. – Me dijo el
Mientras fuimos subiendo, fuimos charlando. Yo os soy sincera, mi tono era muy coqueta y picante. Cosa que Carlos, en ved de rehuir con mi atrevimiento, me seguía el juego. La verdad, no me podía imaginar que estaba haciendo. Así que entremos en casa y dejo las compras.
-Quieres tomar un café ? – Le dije yo
-Claro, por que no. – Me respondió el a la vez que notaba como me recomía con su mirada.
Sentía como la adrenalina me recorría por todo el cuerpo. Y cuando le fui a acercar el café, me incline de tal manera, de dejar mis pechos justo en frente de sus ojos.
-Son bonitos ? Le pregunté. El no dijo nada en ese momento.
-He notado que no paras de mirarlos, es que no has visto nunca unos pechos ? Le dije de forma atrevida.
-He visto muchos pechos pero ningunos tan bonitos y deseables como los tuyos. Me contestó el.
Sin mas rodeos, le cogí la mano y la metí dentro de mi escote. Puse sentir como su mano temblaba. Yo estaba hecha un flan pero a la vez, la situación me excitaba muchísimo.
De repente, me puse de rodillas. Le desabroche el pantalón y saco su verga. Era enorme! Por dios !
Primero la agarré con las dos manos, me la acerque a la boca y se la mame como una desesperada. Como nunca se lo había hecho a nadie.
A todo ello, el me levantó y me dio la vuelta con mucha potencia. Me bajo de un golpe las mallas ceñidas, me retiro la tanguita y me la clavo sin condón y de un solo golpe! Agggg ! Que dolor y placer a la vez…
Empezó a empotrarme como un animal desesperado. Me volvía loca al oír su respiración y sentir esa pedazo de polla dentro de mi. Ya no podía aguantarme mas y me empecé a correr de forma continuada. Yo nunca había sido multiorgasmica pero ese hijo de.. me esta haciendo gozar como nadie me lo había hecho sentir nunca!!
De repente noté como estaba a punto de correrse. Yo me giré como una leona y me puse de rodillas otra vez. No quería perderme su cara de excitación vicio. De repente, exploto un chorro de semen caliente en mi rostro, mi cuello y mis tetas.. Mmmmm
Nunca me había corrida nadie encima, pero en ved de incomodarme, me calentó mucho mas…
Así fue como, conseguí por primera vez dejarme follar por un hombre casado, mayor que yo..